La primera de las dos actuaciones se llevó a cabo en el Prat de Llobregat, donde se sustituyó una pasarela de madera que discurre paralela al mar y que sirve de unión entre dos accesos. La segunda actuación se llevó a cabo en Castelldefels, donde se sustituyó la tarima de varios accesos a las playas. En ambos casos, las estructuras tanto de la pasarela como las de los accesos, se han hecho con rastreles de madera tropical de bolondo y las tarimas de madera con listones de pino Flandes tratados con autoclave y clase de riesgo IV con secciones de 12 '5cm x 4'5cm en el caso de las tarimas y de 9,5cm x 4,5cm en el caso de la pasarela.
El área metropolitana de Barcelona dispone de casi 30 kilómetros de playas y constituyen uno de los espacios públicos más concurridos con unos 10 millones de usuarios de media, es por eso que es importante mantener estos equipamientos en buen estado.